Guía para Viajar por el Mundo siendo Mujer

Cómo viajar por el mundo siendo mujer

Viajar por el mundo es el sueño que muchas personas esperan cumplir algún día, mientras que otras, se animan a salir de su zona de confort y lo convierten en su estilo de vida. No importa si es sobre ruedas o con tan solo una mochila, el mundo como “hogar” es una filosofía de vida que llegó para quedarse. 

Si eres mujer, seguramente te habrás preguntado muchas veces si es posible viajar sola ¿Cuántas veces tuviste dudas de seguir tu impulso solo por los comentarios negativos de la gente? ¿Cuántas veces renunciaste a tu deseo de hacerlo por miedo? 

Sabemos que vivimos en un mundo donde las oportunidades no son iguales para todos y es común que puedan surgir dudas con respecto a viajar sola. En este artículo te brindaremos consejos, experiencias personales y tips para que te animes de una vez por todas a emprender una nueva aventura por el mundo.

¡Mereces vivirlo! 

Mi experiencia personal como mujer y viajera

En mi experiencia cuando comencé a viajar, era muy frecuente escuchar “Qué suerte que estás con un amigo porque una mujer sola viajando sería muy peligroso”.

Al comienzo fue desafiante encontrarse con la opinión de la gente o el comentario que aparece en cualquier reunión familiar: “Una mujer sola viajando? ¡Qué peligro !”. Claro que cada vez que estos comentarios aparecen, el miedo interno se agudiza. 

Mi primer viaje lo realicé con 18 años recién cumplidos junto a un amigo 10 años más grande que yo. Nuestro destino fue de Buenos Aires a Bolivia como mochileros por las rutas andinas.

Cada vez que era consciente que estaba de viaje, me sentía extraña, lejos de mi familia, de mi confort, de lo seguro, temiendo el peligro del mundo. Sin embargo, rápidamente conecte con la energía del viaje que te lleva a sentirte protegida y anclada al centro de la tierra, como si estuvieses siempre acompañada y cuidada por algo superior.

Al cabo de 1 mes casi finalizando el viaje, recuerdo haber estado 2 días sola en Purmamarca, Jujuy. Fue en ese momento cuando tuve un insight y experimenté mi primera sensación de máxima libertad en mi vida. Fue allí cuando me di cuenta de que cada decisión que tome depende solo de mi. 

Al sentir todos estos pensamientos que llegaban desde lo profundo de mi alma, se me inundó el corazón de máxima gratitud y felicidad. Me sentí enorme, empoderada y omnipotente, nadie sabía que yo estaba ahí, tenía el control pleno del rumbo de mi vida en mis manos. 

Más allá de concientizar la enorme responsabilidad que me atravesaba, irónicamente, nunca tuve mayor sensación de paz como aquel día. Esa fue la primera vez que descubrí lo que significaba viajar para mi. 

Sumergida en las montañas del norte, recordé que la felicidad se trata de estar presentes, de estar en conexión con lo maravilloso que nos rodea y que somos. Sentí que nada me faltaba y que nada podía salir mal. 

Luego de esa experiencia, comencé a planificar mi vida, de modo que pudiese viajar tanto como sea posible. Cada destino, cada viaje, tomó un cuerpo único. Ninguno fue igual al anterior. Todos tienen la similitud de ser grandes maestros en mi vida, portales que se abren para enseñarme lo justo y necesario que tengo que aprender. 

Al verano siguiente del viaje programado a Bolivia, emprendimos junto a una amiga una nueva aventura. En 3 meses recorrimos Argentina, Chile, Bolivia y Perú. Dos adolescentes de 18 años viajando solas por Sudamérica. ¡Ustedes podrán imaginar los comentarios de la gente! 

Al contrario de lo que muchos se imaginan, cada persona que nos hemos cruzado nos abrió las puertas de su corazón y su casa para ayudarnos en todo lo que sea posible. Fuimos apadrinadas más de una vez y siempre recibimos el cariño de la gente, lo que hizo que incluso a miles de kilómetros de casa, podamos sentirnos seguras y protegidas. 

Por supuesto que nos ha pasado de recibir comentarios como “Cuidense chicas”, “Es peligroso que anden solas”, ''Hay mucho loco suelto”, ''No se suban a cualquier auto”  y la lista podría extenderse infinitamente. Más allá de esto, nunca hemos vivido situaciones desfavorables.

Tips para viajar siendo mujer

En base a mi experiencia, les comparto cuál es la clave para emprender un viaje siendo mujer: 

1- Aprende a decir NO con liviandad

Tener muy claro lo que querés y lo que no. El “NO” es un gran aliado que hay que tener siempre en el bolsillo. Cuando sentimos que hay algo extraño, que no tenemos ganas de establecer una conversación con alguien o no queremos acceder a algo que nos ofrecen, puedes decir NO, con seguridad y liviandad. 

Cuanto más firmes nos escuchen en nuestras respuestas, más delimitamos el límite de nuestro espacio personal y cuidamos nuestro lugar. A veces, por querer quedar cordiales, recurrimos más al SI que al NO, y el querer “quedar bien con todos” puede tener sus riesgos. 

Es muy importante que ante una situación incómoda, de la que no podamos salir rápidamente, mantengamos la seguridad, la calma, la entereza y la rigidez para expresar nuestra opinión sin miedo.

2- Aprende a leer la energía de las personas

Es muy importante conectar con nuestra voz interior y descifrar con qué intención nos ofrecen las cosas. No accedas a planes, propuestas, regalos, que no te interesan, que no quieres, o que lo haces solo por compromiso.

De igual manera, si haces autostop trata de estar atenta a lo que percibes de la persona, siempre digo, “hacer dedo” o autostop es un gran ejercicio que nos ayuda a reforzar nuestra intuición. Se trata de confiar en lo que sentimos en un primer indicio. 

Lo que no te inspire confianza, no lo permitas. 

3- Llega de día a tus destinos

Programa tus traslados de modo en que no te agarre la noche en tu destino final. Basado 100 % en experiencia personal, evita exponerte a una situación incómoda o de peligro de llegar a grandes ciudades de noche. 

Siempre será mejor que hagas tiempo en un aeropuerto, antes que aterrizar en una capital de noche. 

4- Cuida la vestimenta que usas

Elige prendas disimuladas, básicas, que no generen una impresión muy llamativa especialmente cuando visitan países con culturas distintas a la nuestra.

Acostumbrate a la atención de la gente. Es muy frecuente que sientas que las personas te miran por demás, o te prestan mucha atención. Para evitar situaciones que nos incomodan, es mejor ser precavidas con la vestimenta, más aún si eliges hacer tus destinos a dedo o autostop. 

5- Sensa tu estado de ánimo

 Los viajes que hice estando sola, fueron mis mejores experiencias porque fue donde más logré conectar con mi poder femenino y mi poder personal. 

Al contrario de lo que el sistema fomenta de que es mucho más peligroso viajar sola, en mi experiencia, nunca me sentí tan segura, empoderada, libre y auténtica, viajando sola.

También, descubrí que las experiencias que generamos no son más que una proyección de lo que pensamos. Es por eso, que los días que me sentía insegura, o con poca energía, intentaba estar tranquila conmigo y no exponerme demasiado. En cambio, aquellos días que sentía que estaba en mi 100% de energía y entusiasmo, salía con mucha predisposición a emprender un nuevo destino, lo que resultaba siendo muy placentero y fructífero. 

6- Haz de tu viaje una experiencia única e inolvidable

Por último, ¡relájate y disfruta! Si realmente puedes conectar con toda la hermosa energía que genera viajar, verás que te sentirás protegida en todo momento. 

No tienes por qué sentirte insegura siendo mujer. Hay miles de mujeres viajando alrededor del mundo y todas han tenido muy buenas experiencias. 

Simplemente incorpora esta serie de consejos, toma ciertas precauciones dependiendo el destino que elijas y podrás disfrutar de una experiencia única e inolvidable.

Viajar es una oportunidad grandiosa para expandirnos y crecer. No dejes que el miedo apague tu fuego. Podés crear y manifestar el viaje de tus sueños hoy mismo. ¡Animate!